Parece que estoy condenado a meterme en un bosque más denso
e impenetrable y con las pendientes más escarpadas a cada día que pasa. En
algunas zonas he tenido que abrirme paso a palazos y cargando con el hombro
para poder abrir ínfimos huecos entre el muro de jaras, arbustos y pinos caídos.
No contento con eso, tras conseguir casi a rastras de ese valle infernal, me he
dedicado a escalar por todos las rampas de piedras que he encontrado, a pesar
de ser algo completamente innecesario. Aun así, pese al dolor que tengo en todo
el cuerpo y las magulladuras, estoy contento y satisfecho. 5 horas de caminar,
correr, subir, bajar, escalar, atravesar y vadear, le dejan a uno un buen sabor
de boca, la sensación de haber conseguido algo. Si algo estoy aprendiendo aquí es
a no dudar nunca de mis habilidades.
El que creo que se aburre un poco es Leoncio. El móvil home
es muy pequeño, y el está acostumbrado a correr por el pasillo y salir a la
terraza. Yo la verdad es que también echo un poco de menos la comodidad de mi
casa, aquí no es que se esté mal, pero no hay color…
Aunque bueno, tampoco nos queda mucho de estar aquí. La comida
se está empezando a gastar, y siento que aquí me queda poco por hacer. Cuando
tomé la decisión de venir, no imaginé que este sitio me ayudaría tanto en tan
poco tiempo.
Quería dedicarle unas líneas a esos cabrones fascistas del
TDT party, pero no doy más de mi, estoy demasiado cansado.
0 comentarios:
Publicar un comentario